A los tres meses y medio o cuatro es el tiempo promedio donde se puede saber el sexo del bebé a través de una ecografía. Ahora en tan sólo 48 horas que es el tiempo para examinar la sangre de la madre para saber la presencia o ausencia del cromosoma “Y” que es el que determina que el bebé será varón si es que se encuentra; en cambio si este cromosoma está ausente pues definitivamente será niña.
Este procedimiento también se aplica en la medicina reproductiva para las pacientes que se someten a un proceso de fertilización in vitro (FIV) cuya edad sea mayor a los 30 años y que no han tenido descendencia, con la finalidad de poder evaluar al embrión antes que sea implantado al útero. De esta manera se puede determinar si existe alguna anomalía genética como por ejemplo el Síndrome de Down entre otros.
Son muchas las parejas que se han beneficiado con estas nuevas investigaciones de la medicina genética y que en este informe dejan sus testimonios como prueba de los beneficios que trae saber con anticipación el sexo del futuro bebé.